15 de noviembre de 2021
Psicología del Deporte: Una Revisión Para Profesionales
La psicología del deporte es una especialidad centrada en la mejora del rendimiento través de las distintas metodologías cognitivo-conductuales existentes. A lo largo del tiempo no ha tenido una gran presencia en la preparación de deportistas de elite o amateurs. Relegado a un segundo plano, el tratamiento psicológico no ha sido la base de ningún entrenador. Sin embargo, con el paso del tiempo y con el avance de esta y otras ciencias como el “coaching” cada día está más presente en todas las preparaciones de atletas principiantes y olímpicos.
Recogemos las últimas declaraciones de Simone Biles, campeona olímpica en múltiples modalidades de gimnasia artística como suelo, barra de equilibrio y salto en potro:
“Lo que hacemos no es fácil, si no todo el mundo podría hacerlo. Pero, al fin y al cabo, no solo somos atletas o artistas, sino que también somos humanos y tenemos emociones y cosas que nos ocupan entre bastidores y que no os contamos. Creo que es algo de lo que la gente debería ser más consciente”.
Simone Biles decidió no participar en los últimos Juegos Olímpicos por la alta presión a la que estaba sometida.
Que es la psicología del deporte
La psicología del deporte es una especialidad en la que se combinan distintas psicoterapias que tienen como objetivo la mejora del rendimiento. En el post de esta semana vamos a centrarnos en los distintos tratamientos e intervenciones que se han realizado con cohortes de distinta índole (adultos, jóvenes, personas sanas, personas con patologías y personas con problemas mentales). El ejercicio se presenta como una terapia coadyuvante durante los distintos tratamientos para distintas enfermedades mentales.
El objetivo de este post es dar a conocer los estudios en los que se traten mediante el ejercicio físico distintos problemas como la depresión, la esquizofrenia, la ansiedad o el estrés.
Estudio del ejercicio para el control de la ansiedad
El primer estudio que vamos a abordar es el realizado por Daniel y colaboradores en 2017 y cuyo objetivo fue conocer la importancia del ejercicio físico sobre el control de la ansiedad (1). La ansiedad es una respuesta que da el organismo ante situaciones descontroladas. Tal y como comentan los autores en este estudio contaron con personas con ansiedad que podía provenir de algún trastorno traumático o de un trastorno obsesivo-compulsivo. Finalmente consiguieron obtener un número de participantes igual a 48 con distintos tipos de desórdenes mentales relacionados con la ansiedad. Los 48 participantes fueron aleatorizados en tres grupos distintos:
- Grupo de ejercicio aeróbico
- Grupo de ejercicio de fuerza
- Grupo control.
Estas personas llevaron a cabo una intervención de 4 semanas de duración en las que se iban evaluando los síntomas de ansiedad y la diversión que ellos sentían al realizar ejercicio físico. Para conocer el nivel de ansiedad se utilizaron métodos diagnósticos como el DASS-21, un cuestionario para medir el nivel de fobias (SMSP-A), la escala de fobia social (SIPS) y otro tipo de test para evaluar el estado psicológico de la persona.
Para evaluar la mejora de la condición física se utilizó el test de los 6 minutos caminando (6MWT) que consiste en realizar el mayor número de metros posible en 6 minutos sin correr, tan solo caminando.
Los participantes entrenaron 4 semanas tanto con ejercicios aeróbicos como con ejercicios de fuerza dependiendo del grupo al que pertenecieran. En el grupo de ejercicio aeróbico, los participantes realizaban 3 días a la semana de bicicleta estática durante aproximadamente 40 minutos y a una intensidad entre el 60-80% de la frecuencia cardiaca de reserva. Esta intensidad podríamos decir que se encuentra dentro del rango de moderado-vigoroso.
Por otro lado, el entrenamiento de resistencia consistía en ejercicios como prensa de pierna, press de banca, curl femoral, remo a una mano con mancuerna, etc. Básicamente desarrollaban una rutina full body en la que realizaban 2-3 series de 10-12 repeticiones. El problema, es que el estudio no comenta la intensidad a la que realizaban el ejercicio por lo que no podemos saber cuán intenso era (X % RM).
En cuanto a los resultados de este estudio llevado a cabo en 2017 podemos destacar que tanto el ejercicio aeróbico como el ejercicio de fuerza parecen ser eficientes para mejorar algunos de los síntomas relacionados con la ansiedad y ambos ayudan a mejorar la condición física. Una de las incógnitas que tuvieron estos investigadores fue si la apetencia por el tipo de ejercicio podía interactuar con los efectos y vieron que no. Los resultados de realizar ejercicio son independientes de si te apetece o no apetece.
Estudio del ejercicio para el control del Parkinson
En otro estudio llevado a cabo en personas con Parkinson se ha estudiado la diferencia entre realizar un protocolo de ejercicio basado en el yoga combinado con mindfulness y un entrenamiento con ejercicio de fuerza sobre factores relacionados con la depresión y la ansiedad. Las variables que se estudiaron fueron la disfunción motora y la movilidad de estas personas, el estrés medido a través de la escala (HADS) y el “bienestar espiritual” y la calidad de vida medida a través de un cuestionario (HRQOL). Estas personas suelen tener problemas de carácter motor además de enfermedades mentales como puede ser la ansiedad o el estrés.
En este sentido siempre se ha dicho que el ejercicio físico es una muy buena herramienta para reducir el estrés y la ansiedad. En este estudio publicado en la famosa revista JAMA Neurología en 2021 Jojo, Y. y col. compararon los efectos de una intervención de yoga con mind-fulness y una intervención con ejercicio de fuerza (2).
La intervención basada en ejercicios de yoga y mindfulness tuvo una frecuencia de “entrenamiento” de 1 día a la semana con 90 minutos. Además, todos los participantes tenían que realizar semanalmente dos sesiones de 20 minutos en casa realizando las distintas posturas que se trabajaban durante la sesión. Las sesiones se dividían en 60 minutos con ejercicios como “el saludo al sol”, 15 minutos de control de la respiración y otros 15 minutos de meditación.
Por otro lado, la intervención con ejercicios de fuerza tuvo la misma duración y se fueron combinando ejercicio sentado y de pie y de distintas partes del cuerpo. El objetivo del entrenamiento de fuerza fue mejorar los patrones motores además de mejorar la funcionalidad.
Los resultados de este potente estudio confirman que el yoga y el mindfulness es una herramienta clave para el tratamiento de no solo el Parkinson si no de los trastornos que pueden desarrollarse de la patología como puede ser la ansiedad, el estrés o la depresión. Además, los ejercicios de yoga parecen también ayudar al control motor y a la funcionalidad al igual que lo hace el ejercicio de fuerza.
La conclusión que podemos sacar de este otro estudio es que tanto el entrenamiento de yoga como el entrenamiento de fuerza son eficaces para mejorar la calidad de vida de las personas con Parkinson. Debemos tener en cuenta, tal y como hemos mencionado que, el Parkinson no es solo una enfermedad que afecta al sistema motor sino que también tiene repercusión en la salud mental de las personas. Y es por eso que dentro de los programas de rehabilitación deberían de contar con un apartado especial para el tratamiento de estos problemas.
Resultados y conclusiones
Como resultado de los dos estudios que hemos presentado en este post podemos concluir que el ejercicio parece ser una intervención eficaz para el tratamiento de la depresión y de la ansiedad además de otros factores asociados a estas dos problemáticas. Sin embargo, en esta ocasión no nos hemos centrado en analizar cuánto puede llegar a afectar el deporte a nuestra salud. No hemos llevado a cabo este abordaje por el hecho de que a nivel de usuario pensamos que es muy difícil que el ejercicio físico regular pueda llegar a causar un estrés o una ansiedad tan grande como para que se le tenga que hacer especial mención.
Sin embargo, y al hilo de las palabras de Simone Biles mencionadas a principio de texto podemos decir que los deportistas de élite sí que deben tener muy en cuenta que la exigencia de ser deportista profesional es muy alta. A veces, estas personas se ven sometidas a un alto grado de estrés que no son capaces de gestionar y que es cuando comienza a ser perjudicial para la salud.
Desde el blog de Vitruve queremos concienciar a tanto personas como a profesionales que el ejercicio físico y el entrenamiento debe ser una herramienta para lograr alcanzar una buena salud física y mental. Cuando veamos que la realización de ejercicio físico o el propio entrenamiento supone un problema en el día a día de la persona o que comienza a tener un cambio de actitud hacia el mismo lo mejor, tal y como dicen nuestros estudios, es realizar ejercicios que transmitan calma y paz al organismo como puede ser el yoga o el mindfulness y comenzar una terapia cognitivo conductual.
Por último, y siendo el mes de noviembre en el que se le da mayor visibilidad a las enfermedades mentales queremos hacer hincapié que no hay mejor terapia cuando se tienen problemas de estrés o ansiedad que ponerse en manos de un profesional. Además, si acompañamos esa terapia de ejercicios como el yoga o el entrenamiento de fuerza, los estudios indican que el nivel de salud puede mejorar.
Referencias
- LeBouthillier DM, Asmundson GJ. The efficacy of aerobic exercise and resistance training as transdiagnostic interventions for anxiety-related disorders and constructs: A randomized controlled trial. Journal of anxiety disorders. 2017;52:43-52.
- Kwok JY, Kwan JC, Auyeung M, Mok VC, Lau CK, Choi K, et al. Effects of mindfulness yoga vs stretching and resistance training exercises on anxiety and depression for people with Parkinson disease: a randomized clinical trial. JAMA neurology. 2019;76(7):755-63.