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Características que debes tener si quieres ser un buen entrenador de fuerza y acondicionamiento físico

En la última década la importancia del ejercicio físico para la salud y para el rendimiento deportivo ha cogido gran relevancia entre la población. Tanto es así que en los últimos 30 años se han publicado más estudios científicos relacionados con el ejercicio físico y el rendimiento que en lo que se había publicado en los 80 años anteriores. Esto se debe a que las ciencias del deporte han ido avanzando y han desarrollado nuevos sistemas de entrenamiento y de análisis de datos que permiten una mejora del rendimiento mucho mayor. Si, por ejemplo, comparamos a los jugadores actuales de cualquier deporte con los jugadores que practicaban el mismo deporte hace 50 años no tienen nada que ver. Ha cambiado tanto la dedicación como los propios conocimientos que se tienen a día de hoy sobre el metabolismo, la fisiología del ejercicio o la preparación física.

De la misma manera que ha aumentado vigorosamente el conocimiento sobre el cuerpo humano y sobre cómo este responde a determinados estímulos entrenantes también ha cambiado el perfil del entrenador. Así, por ejemplo, hace unos años el entrenador era una persona que se dedicaba por completo a entrenar su cuerpo y que de la experiencia obtenida durante largos años de entrenamiento aplicaba un tipo de estímulo o de entrenamiento a todos sus deportistas. De esta manera, personas sin ningún tipo de preparación, pero con alta experiencia de entrenamiento eran los entrenadores y en el deporte de élite antiguos deportistas realizaban esa misma función.

Sin embargo, actualmente existe una tendencia cada vez mayor a que la persona que se dedica al entrenamiento personal o a la preparación de atletas sea una persona graduada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFYD) o que haya realizado al menos el grado superior de condicionamiento físico (TSAF). No obstante, también se encuentran perfiles de personas muy entrenadas que tras un curso básico de “Entrenamiento personal” comienzan a realizar entrenamientos personales. Como graduado en CAFYD y doctor en biomedicina por la Universidad de Granada me gustaría resaltar el peligro para la salud que supone permitir que personas no cualificadas se encarguen del entrenamiento personal de la población.

Sea como fuere, la figura actual del preparador físico o entrenador personal requiere de una serie de características que reflejan la preparación que tiene. En la entrada de blog de hoy vamos a destacar estas características una a una.

 

Conocimiento de fisiología y anatomía

Estas dos ciencias son esenciales en el entrenador actual de fuerza y acondicionamiento físico. La fisiología del ejercicio ha avanzado a niveles estratosféricos desde hace 30 años y, a día de hoy, somos capaces de entender por qué el músculo crece después de un entrenamiento de fuerza, por qué el sistema cardiopulmonar se vuelve más eficiente después de un entrenamiento cardiovascular y la evidencia actual ha determinado qué programa de entrenamiento es más eficaz para maximizar la pérdida de grasa. Y todo ello es debido al gran avance en la fisiología del ejercicio. Gracias a ella se ha podido determinar que el entrenamiento interválico de alta intensidad es idóneo para la pérdida de masa grasa puesto que se ha visto que tras la sesión del ejercicio el organismo sigue “activo” y hay un exceso de consumo de oxígeno (efecto EPOC) que permite aumentar el gasto metabólico diario.

Fuente: https://www.sportlife.es/entrenar/fitness/bisagra-rodillas-ejercicio-alinear-columna_199052_102.html

Fuente: https://blogs.ugto.mx/enfermeriaenlinea/unidad-didactica-10-el-sistema-muscular/

De esta manera, podríamos ir desgranando cada uno de los avances que se han dado en las últimas décadas, pero vamos a centrarnos en esta característica del entrenador de fuerza y acondicionamiento físico. Es importante que el entrenador tenga conocimientos de fisiología y de anatomía porque son dos características claves a tener en cuenta cuando se prepara un entrenamiento. De hecho, la anatomía es importante porque el entrenador de fuerza y acondicionamiento físico debe conocer el origen e inserción de cada músculo que quiera trabajar. Por ejemplo, debe saber el origen e inserción del recto abdominal y su función para poder establecer si es un músculo clave en el rendimiento del deportista. En el caso de un jugador de golf puede que el recto abdominal sea clave en su rendimiento, pero no para el deportista de halterofilia.

Por último, conocer cómo funcionan todos los sistemas del organismo es crucial para poder llevar a cabo un entrenamiento en condiciones. Pero no solo en atletas de alto rendimiento y atletas” amateurs” sino también en personas con ciertas inestabilidades, con problemas de rodillas, dolor de espalda o alguna afección de algún sistema en concreto. Por ejemplo, conocer el sistema endocrino del organismo es crucial para pautar el entrenamiento de una persona con diabetes tipo II, o conocer la fisiopatología de la hipertensión es clave en el manejo de la carga de entrenamiento para personas con esta patología. Por lo tanto, la fisiología y la anatomía son dos ciencias que el entrenador de fuerza y acondicionamiento físico debe controlar por completo.

 

Conocimiento sobre las ciencias del ejercicio

Anteriormente hemos hablado de la diferencia que había entre los entrenadores actuales y los de hace 30 años. Hemos determinado que actualmente la persona que sea entrenador de fuerza y acondicionamiento físico debía poseer al menos el grado superior de acondicionamiento físico o ser graduado en ciencias del deporte y del ejercicio. En este apartado vamos a centrarnos en el conocimiento de las ciencias del ejercicio.
En primer lugar, cabe destacar que durante los 4 años que dura la carrera de CAFYD no solo se aprende sobre fisiología, metodologías de entrenamiento y rendimiento sino que hay asignaturas como enseñanza, didáctica o educación física básica que permiten al profesional tener un conocimiento más amplio del cuerpo humano. De la misma manera se estudia y se aprenden los procesos psicológicos por los que puede pasar un deportista desde la falta de motivación la prepotencia, la lucha contra el ego, el estancamiento, etc.

Por lo tanto, pasar por el grado en CAFYD permite al entrenador de fuerza y acondicionamiento físico tener un conocimiento más global del cuerpo humano y entender al organismo como un sistema multidimensional y muy complejo. En base a todos estos conocimientos el entrenador es capaz de adaptar el entrenamiento a las circunstancias individuales de cada persona de forma que mejore su rendimiento.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que la aplicación de un programa de ejercicio por parte de un entrenador de fuerza y de acondicionamiento físico debe ser totalmente seguro y efectivo. Hay una frase muy buena que dice así: “Hacer sudar a una persona no es difícil, hacer que una persona mejore su condición física sin riesgo alguno para su salud y de la manera más eficiente posible sí lo es.” Pasar por la carrera permite a la persona conocer cómo se puede utilizar el ejercicio de manera que ayude a mejorar la salud y el rendimiento de la persona. Además, tener un conocimiento más amplio permite saber detectar las diferencias individuales de cada sujeto y las respuestas que estos tienen ante el mismo estimulo de manera que priman la planificación, la individualización y la seguridad.

 

Saber diseñar programas de entrenamiento

Una de las características principales de un buen entrenador de fuerza y acondicionamiento físico es el diseño de programas de entrenamiento. Si queremos ser buenos entrenadores debemos de saber diseñar programas de entrenamiento. Para ello, debemos de tener conocimiento de las distintas formas que existen de preparar un programa de entrenamiento. Por ejemplo, no es lo mismo seguir una periodización ATR, una programación de intensidad progresiva o una periodización por bloques. Para poder realizar una buena planificación del entrenamiento el entrenador de fuerza y acondicionamiento físico debe conocer las múltiples posibilidades que existen del organizar un entrenamiento.

Fuente: https://www.feda.net/ventajas-contar-entrenador-personal/

Por ejemplo, si hablamos de un entorno fitness o un entorno de entrenamiento de fuerza en gimnasio, el entrenador de fuerza y acondicionamiento físico debería conocer, por lo menos, los distintos tipos de planificación del entrenamiento que puede existir como una rutina torso-pierna, una planificación pull-push o una planificación full-body. Estos son ejemplos sencillos de por qué un entrenador de fuerza y acondicionamiento físico debe saber sobre diseño de programas de ejercicio. Es realmente importante ya que el atleta debe recibir los mejores estímulos posibles para la mejora del rendimiento. De esta manera un entrenador que sepa diseñar programas de entrenamiento podrá adaptar de forma óptima el estímulo a las necesidades individuales de cada persona y a sus propias limitaciones. Y no solo esto, si no que un buen diseño de entrenamiento permite al entrenador evaluar y ajustar la carga de entrenamiento constantemente con el atleta.
Al fin y al cabo, el objetivo de un entrenador es que su atleta se adapte y vaya mejorando con el entrenamiento propuesto. De esta manera, esos pequeños ajustes que requiere un buen diseño del entrenamiento son clave. Y es que, además, los programas de entrenamiento deben ser seguros. Tener un conocimiento sobre el diseño de programas de entrenamiento minimiza el posible error del entrenador y permite que el atleta pueda entrenar de la forma más segura posible. Y, por último, ser un buen diseñador de programas de entrenamiento permite la llamada individualización, que no es más que adaptar la situación de entrenamiento a cada característica especifica de cada atleta.

 

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Ser comunicador y motivador

El buen entrenador de fuerza y acondicionamiento físico debe ser además un buen comunicador. Saber mucho de entrenamiento es muy importante y conocer cada una de las características de nuestros deportistas y adaptar el entrenamiento a ellas es también si quieres lograr obtener resultados. Pero de nada sirve la teoría sin una buena práctica, es decir, el entrenador de fuerza y acondicionamiento físico debe ser un buen comunicador y un motivador. Como entrenadores debemos ser conscientes que muchos atletas desconocen los tipos de entrenamiento que existen, qué es una contracción excéntrica, cómo activar el “core” o cuál es la técnica para realizar un peso muerto.

Es por ello que el entrenador debe ser un buen comunicador y un buen transmisor del conocimiento. Saber comunicar un movimiento mediante una explicación en vez de imitarlo con el cuerpo no es fácil. La forma más común de enseñar un movimiento es imitándolo y diciendo “Tienes que hacerlo así”. Sin embargo, eso no es un buen entrenador de fuerza y acondicionamiento físico. Un buen entrenador es aquel que es capaz de transmitir la idea a través de una serie de indicaciones y que el deportista lo entienda y acabe realizando. De la misma manera, un entrenador debe ser cercano puesto que muchas veces deberá tocar a la persona para lograr adoptar la mejor técnica posible o para activar un músculo que permanece inactivo.

Fuente: https://www.abc.es/bienestar/fitness/abci-entrenador-personal-201909290905_noticia.html

Por último, el entrenador debe ser un motivador. A veces las personas acuden a un entrenador personal por el simple hecho de que no se encuentran motivados para hacer ejercicio. Ese entrenador debe ser capaz de captar la atención de su atleta y favorecer que haga el ejercicio físico. Un ejemplo muy bueno de ello es el entrenador de la famosa cantante Rosalía. Su entrenador ha conseguido que la cantante entrene cada día argumentando que si quiere bailar en sus actuaciones y poder cantar sin ahogarse debería mejorar su condición cardiopulmonar, es decir, motivó a la cantante a hacer ejercicio.

 

Conclusión

Para terminar, me gustaría destacar de nuevo las características principales de un buen entrenador de fuerza y acondicionamiento físico. Recordemos que debe tener conocimientos sobre anatomía y fisiología y también debe tener conocimiento de todas las ciencias del ejercicio. Por otro lado, debe saber diseñar programas de ejercicio individualizados y personalizados. Y, por último, ser un buen comunicador y un gran motivador. Nos hemos centrado en estas características, pero no olvidemos que debe ser observador, adaptativo, paciente, comprensivo, empático, estar actualizado y sobre todo seguro y eficiente.

Además, el entrenador de fuerza y acondicionamiento físico debe ser una persona que haya vivenciado los distintos sistemas de entrenamiento que existen. Una máxima que debería existir entre los entrenadores es que nunca deberían planificar un entrenamiento que no hayan realizado ellos mismos. Es decir, yo no puedo planificar sobre el papel algo que no he probado. Un ejemplo muy sencillo es que, si no sabes lo que significa realizar 10 series de un entrenamiento interválico de alta intensidad con fases de 2 minutos al 85% de la frecuencia cardiaca máxima intercalado con fases de 5 minutos al 60% de la frecuencia cardiaca máxima, no deberías de pautarlo. Esto no significa que siempre haya que realizar los entrenamientos que planteamos, significa que el entrenador debe ser una persona que sepa de primera mano lo que está recomendando al atleta.

Unai Adrián Perez de Arrilucea Le Floc’h

 

Referencias bibliográficas

  1. Baechle TR, Earle RW. Essentials of strength training and conditioning: Human kinetics; 2008.
  2. Haff GG, Triplett NT. Essentials of strength training and conditioning 4th edition: Human kinetics; 2015.
  3. Makaruk H, Porter JM. Focus of attention for strength and conditioning training. Strength & Conditioning Journal. 2014;36(1):16-22.
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